La iniciativa reúne a grupos de madres que se ocupan de rezar por los hijos de unas y otras, sus maridos y sus familias
En un acto convocado por la Asociación de Madres Cristianas Santa Mónica y la Editorial Ciudad Nueva, el pasado 16 de mayo, se presentaron en Oviedo (España) los libros Tus hijos volverán y En familia con santa Mónica, del P. Manuel Morales OSA.
El evento, celebrado en el salón de actos de la parroquia del Corazón de María, de Oviedo, tuvo un marcado tono familiar. En él participaron unas 60 personas, sobre todo madres de familia, pero también algunos padres y jóvenes.
Después del saludo inicial de Marta Riol como promotora de los «coros de madres santa Mónica» en Oviedo, Ana Hidalgo, editora de los dos libros y representante de la editorial, introdujo la figura de su autor principal, el P. Manuel Morales, con un breve vídeo en el que él mismo presenta su obra, y dedicó también unas palabras al P. Santiago Insunza OSA, que ha colaborado en el segundo libro, En familia con santa Mónica, con dos capítulos, uno de profundización en la espiritualidad agustiniana, y el otro, en la figura de santa Mónica a través de las Confesiones de San Agustín.
"Las comunidades de Madres-Mónica son un tesoro de valor incalculable"
La parte central del acto estuvo dedicada al testimonio de unos padres que, gracias a su fe y a la oración durante años de dura prueba, han obtenido del cielo la conversión de su hijo, que ahora es sacerdote.
Siguió una breve presentación de la Asociación de Madres Cristianas Santa Mónica en Oviedo, por parte de Marta Riol, y un animado coloquio con varias intervenciones y preguntas del público en un acto dinámico y bien acogido por parte de los asistentes.
El P. Manuel Morales, autor de este coro variado de madres y testimonios, nos cuenta los orígenes de su compromiso con este movimiento. “Fue para conmemorar los cuatrocientos años de la presencia de los Agustinos en Cádiz, en 2017, cuando tuvimos la idea de promover en la parroquia los grupos de Madres-Mónica. En poco tiempo -continúa el P. Manuel-, pudimos comprobar que aquella idea era una inspiración, que la `Causa´ se desarrollaba y se extendía más allá de nuestras previsiones. Primero, Cádiz, El Puerto de Santa María, Jerez, Campo de Gibraltar… Luego, por amistades y conexiones, siempre de acuerdo con los párrocos, Madrid, Córdoba, Gerona… Esto de las madres `bajando del altar´ a santa Mónica, agarrarse de su mano, y rezar con ella por la familia y la fe de los hijos, sintiéndola hermana, intercesora, esposa y madre ejemplar, es claramente fecundo, actual, del agrado de Dios”, concluye uno de los más perseverantes promotores de esta iniciativa, de la que también ha comenzado a hacerse cargo la Comisión de Apostolado y Evangelización de la Orden con el fin de contribuir en darla a conocer allí donde aún no se conoce y de ayudar a ponerla en marcha allí donde aún no ha arraigado.
“Las comunidades de madres-Mónica son un tesoro de valor incalculable que debemos poner a fructificar”, afirma el P. Javier Pérez Barba, coordinador de la Comisión, “porque realizan un admirable ejercicio de fe, tienen al Señor como prioridad y sitúan en su justo lugar la oración y la gracia de Dios en un mundo, también el que nos es más cercano, en el que, como dice alguna de las madres, la oración no es casi nunca el primer recurso para afrontar el siguiente paso de la vida, sin el último”.
“Una ayuda extra de oraciones”
Esto mismo que señala el P. Manuel es algo de lo que ha podido hacer experiencia palpable Gema Sáez, madre en uno de los grupos de Madrid.
“Es una experiencia preciosa que a mí, personalmente, me permite descansar al saber que mis hijos están `siendo rezados´ por otras madres que están en el mismo momento vital en el que estoy yo; con sus dificultades en el día a día”, asegura Gema.
“A mí la historia de Santa Mónica me conmueve mucho. Antes, para mí, era la madre de San Agustín pero cuando fui madre entendí su verdadero papel. Hasta que no encarnas en primera persona lo que es ser madre no entiendes la dimensión de la oración por tus hijos y por el resto de hijos del grupo. Ha supuesto un crecimiento personal y espiritual enorme que me ha ayudado a ser testigo de cómo la insistencia y la constancia rezando da sus frutos”, apunta Gema. “Mi corazón es agustiniano. Le tenemos muy presente. Y Santa Mónica... De todos los grandes santos para mí está en el top 5”.
“Una experiencia de pertenencia total a la Iglesia”
Rezar, a ser posible, delante de un Sagrario con los nombres de las personas por las que se reza; compartir películas, libros y actividades especiales durante la Navidad y Semana Santa o viajar a Roma, Tierra Santa o Fátima son algunas de las actividades que ha sacado adelante el grupo de Marisa Puente, responsable de uno de los grupos de Madres Mónicas de las agustinas de San Alonso de Orozco.
“Somos siete madres y cada día de la semana le toca a una madre rezar por los hijos del grupo”, nos cuenta Marisa Puente. “Madres-Mónica nos ayuda a ser mejores madres, ser mejores esposos y ser mejores cristianos. Nos ayudamos entre nosotros, rezamos por nosotros y atendemos las necesidades que puedan surgirnos”.
Cuando le preguntamos sobre los vínculos comunitarios que se generan en estos encuentros y red de oración, Marisa nos reconoce que “hay una amistad profunda”.
“Para mí es una experiencia de pertenencia total a la Iglesia. Tenemos que vivir la fe en comunidad. Sin ella, es muy difícil vivirla”. “Saber que hay alguien que siempre está rezando por nuestros hijos todos los días es algo muy grande donde queda palpable el gran poder de la oración”.
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