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183 elementos encontrados para ""

  • El Prior General sobre Benedicto XVI: "Rebosamos de gozo por este don que Dios nos ha dado en él"

    En una sentida carta, el Prior General ha “llorado” el fallecimiento de “nuestro querido Papa emérito”, de quien nos quedará siempre su gran testimonio de sencillez y humildad”. “La Navidad -indicaba el padre Alejandro Moral- nos enseña mucho en este sentido porque Dios, entre otras cosas, es un misterio de humildad”. El Padre General ha hablado sobre la “profunda Teología y el enorme amor a la Iglesia” que Benedicto XVI ha legado y ha recordado quién fue su “su gran maestro, nuestro querido Padre San Agustín”. Con esto, el padre Alejandro pone en valor las aportaciones de Ratzinger y su magisterio, para quien san Agustín fue “guía y maestro; pues en este Padre de la Iglesia se apoyó, transmitiendo su pensamiento y modo de entender el misterio de Dios y su relación con el hombre y con el mundo”. Para terminar, el Prior General ha instado a las comunidades y fieles a “unirnos en la oración por el eterno descanso” del Papa Benedicto XVI. Celebración de las fiestas navideñas El padre Alejandro ha querido transmitir a toda la Orden un abrazo fraterno y desear a sus miembros un buen inicio de “este año nuevo lleno de ilusiones, sabiendo que el Hijo de Dios y María -su y nuestra Madre-, nos acompañan y sostienen en nuestras necesidades con su amor”. Estos días lloramos el fallecimiento de nuestro querido Papa emérito Benedicto XVI, aunque nuestro corazón rebosa de gozo por este gran don que Dios nos ha dado en él.

  • Muere Benedicto XVI, el “Papa enamorado” de San Agustín

    Este acontecimiento histórico se ha dado a conocer en un escueto comunicado emitido a las 9.34 (hora europea) por la Santa Sede: el Papa expiraba esta mañana en el Monasterio Mater Ecclesiae, donde descansarán sus restos hasta la madrugada del 2 de enero “Se nos ofrece la salvación en el sentido de que se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino”. Con este eco de la encíclica Spe Salvi, millones de católicos en el mundo entero acogían la noticia: El Papa Benedicto XVI ha fallecido esta mañana del 31 de diciembre de 2022. Este acontecimiento histórico se ha dado a conocer en un escueto comunicado emitido a las 9.34 (hora europea) por la Santa Sede: el Papa expiraba esta mañana en el Monasterio Mater Ecclesiae, donde descansarán sus restos hasta la madrugada del 2 de enero. Desde hacía semanas los servicios médicos del Sumo Pontífice habían advertido de su delicado estado de salud y su progresivo deterioro, acentuado durante las últimas 48 horas. Funeral y Santa Misa el jueves 5 de enero a las 09:30 Según cuentan desde el Vaticano, no se prevén visitas oficiales ni oraciones públicas ya que será ese mismo día, a partir de las 9 de la mañana, cuando el cuerpo de Benedicto XVI será expuesto para la visita de los fieles en la Basílica de San Pedro que permanecerá abierta el lunes de 9 a 19, martes y miércoles de 7 a 19. El funeral, presidido por el Santo Padre, el Papa Francisco, se celebrará en la plaza de San Pedro el jueves 5 de enero a las 9.30 horas. La Santa Misa Exequial tendrá lugar en el atrio de la Basílica de San Pedro. No se requiere entrada para participar. Quienes deseen concelebrar pueden dirigirse a la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice. Las delegaciones oficiales presentes serán las de Alemania e Italia. Al final de la celebración eucarística tendrá lugar la Ultima Commendatio y la Valedictio. El ataúd del Sumo Pontífice Emérito será llevado a la Basílica de San Pedro y luego a las Grutas del Vaticano para su posterior entierro. Oraciones y plegarias por el eterno descanso de nuestro padre Benedicto XVI La Orden de San Agustín quiere sumarse a las oraciones por el eterno descanso de aquel Papa tranquilo que pastoreó al Pueblo de Cristo en un momento de profundos cambios en la sociedad y en la vida de la Iglesia. Un fiel estudioso de la obra y legado de san Agustín, al que dedicó su tesis doctoral, y ensalzó la figura del Obispo de Hipona (“donde conducen todos los caminos) en las catequesis sobre los Padres de la Iglesia durante los miércoles de Audiencia General durante el año 2008. Descanse en Paz, Santo Padre. BENEDICTO XVI AUDIENCIA GENERAL Miércoles 9 de enero de 2008 San Agustín. 1 - La vida Queridos hermanos y hermanas: Después de las grandes festividades navideñas, quiero volver a las meditaciones sobre los Padres de la Iglesia y hablar hoy del Padre más grande de la Iglesia latina, san Agustín: hombre de pasión y de fe, de altísima inteligencia y de incansable solicitud pastoral. Este gran santo y doctor de la Iglesia a menudo es conocido, al menos de fama, incluso por quienes ignoran el cristianismo o no tienen familiaridad con él, porque dejó una huella profundísima en la vida cultural de Occidente y de todo el mundo. Por su singular relevancia, san Agustín ejerció una influencia enorme y podría afirmarse, por una parte, que todos los caminos de la literatura latina cristiana llevan a Hipona (hoy Anaba, en la costa de Argelia), lugar donde era obispo; y, por otra, que de esta ciudad del África romana, de la que san Agustín fue obispo desde el año 395 hasta su muerte, en el año 430, parten muchas otras sendas del cristianismo sucesivo y de la misma cultura occidental. Pocas veces una civilización ha encontrado un espíritu tan grande, capaz de acoger sus valores y de exaltar su riqueza intrínseca, inventando ideas y formas de las que se alimentarían las generaciones posteriores, como subrayó también Pablo VI: «Se puede afirmar que todo el pensamiento de la antigüedad confluye en su obra y que de ella derivan corrientes de pensamiento que empapan toda la tradición doctrinal de los siglos posteriores» (AAS, 62, 1970, p. 426: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 31 de mayo de 1970, p. 10). San Agustín es, además, el Padre de la Iglesia que ha dejado el mayor número de obras. Su biógrafo, Posidio, dice: parecía imposible que un hombre pudiera escribir tanto durante su vida. En un próximo encuentro hablaremos de estas diversas obras. Hoy nuestra atención se centrará en su vida, que puede reconstruirse a través de sus escritos, y en particular de las Confesiones, su extraordinaria autobiografía espiritual, escrita para alabanza de Dios, que es su obra más famosa. Las Confesiones, precisamente por su atención a la interioridad y a la psicología, constituyen un modelo único en la literatura occidental, y no sólo occidental, incluida la no religiosa, hasta la modernidad. Esta atención a la vida espiritual, al misterio del yo, al misterio de Dios que se esconde en el yo, es algo extraordinario, sin precedentes, y permanece para siempre, por decirlo así, como una "cumbre" espiritual. Pero, volvamos a su vida. San Agustín nació en Tagaste, en la provincia de Numidia, en el África romana, el 13 de noviembre del año 354. Era hijo de Patricio, un pagano que después fue catecúmeno, y de Mónica, cristiana fervorosa. Esta mujer apasionada, venerada como santa, ejerció en su hijo una enorme influencia y lo educó en la fe cristiana. San Agustín había recibido también la sal, como signo de la acogida en el catecumenado. Y siempre quedó fascinado por la figura de Jesucristo; más aún, dice que siempre amó a Jesús, pero que se alejó cada vez más de la fe eclesial, de la práctica eclesial, como sucede también hoy a muchos jóvenes. San Agustín tenía también un hermano, Navigio, y una hermana, cuyo nombre desconocemos, la cual, tras quedar viuda, fue superiora de un monasterio femenino. El muchacho, de agudísima inteligencia, recibió una buena educación, aunque no siempre fue un estudiante ejemplar. En cualquier caso, estudió bien la gramática, primero en su ciudad natal y después en Madaura y, a partir del año 370, retórica en Cartago, capital del África romana: llegó a dominar perfectamente el latín, pero no alcanzó el mismo dominio en griego, ni aprendió el púnico, la lengua de sus paisanos. Precisamente en Cartago san Agustín leyó por primera vez el Hortensius, obra de Cicerón que después se perdió y que se sitúa en el inicio de su camino hacia la conversión. Ese texto ciceroniano despertó en él el amor por la sabiduría, como escribirá, siendo ya obispo, en las Confesiones: «Aquel libro cambió mis aficiones» hasta el punto de que «de repente me pareció vil toda vana esperanza, y con increíble ardor de corazón deseaba la inmortalidad de la sabiduría» (III, 4, 7). Pero, dado que estaba convencido de que sin Jesús no puede decirse que se ha encontrado efectivamente la verdad, y dado que en ese libro apasionante faltaba ese nombre, al acabar de leerlo comenzó a leer la Escritura, la Biblia. Pero quedó decepcionado, no sólo porque el estilo latino de la traducción de la sagrada Escritura era deficiente, sino también porque el mismo contenido no le pareció satisfactorio. En las narraciones de la Escritura sobre guerras y otras vicisitudes humanas no encontraba la altura de la filosofía, el esplendor de la búsqueda de la verdad, propio de la filosofía. Sin embargo, no quería vivir sin Dios; buscaba una religión que respondiera a su deseo de verdad y también a su deseo de acercarse a Jesús. De esta manera, cayó en la red de los maniqueos, que se presentaban como cristianos y prometían una religión totalmente racional. Afirmaban que el mundo se divide en dos principios: el bien y el mal. Así se explicaría toda la complejidad de la historia humana. También la moral dualista atraía a san Agustín, pues implicaba una moral muy elevada para los elegidos; quienes, como él, se adherían a esa moral podían llevar una vida mucho más adecuada a la situación de la época, especialmente los jóvenes. Por tanto, se hizo maniqueo, convencido en ese momento de que había encontrado la síntesis entre racionalidad, búsqueda de la verdad y amor a Jesucristo. Y sacó también una ventaja concreta para su vida: la adhesión a los maniqueos abría fáciles perspectivas de carrera. Adherirse a esa religión, que contaba con muchas personalidades influyentes, le permitía seguir su relación con una mujer y progresar en su carrera. De esa mujer tuvo un hijo, Adeodato, al que quería mucho, muy inteligente, que después estaría presente en su preparación para el bautismo junto al lago de Como, participando en los Diálogos que san Agustín nos dejó. Por desgracia, el muchacho falleció prematuramente. Cuando tenía alrededor de veinte años, fue profesor de gramática en su ciudad natal, pero pronto regresó a Cartago, donde se convirtió en un brillante y famoso maestro de retórica. Con el paso del tiempo, sin embargo, comenzó a alejarse de la fe de los maniqueos, que le decepcionaron precisamente desde el punto de vista intelectual, pues eran incapaces de resolver sus dudas; se trasladó a Roma y después a Milán, donde residía entonces la corte imperial y donde había obtenido un puesto de prestigio, por recomendación del prefecto de Roma, el pagano Simaco, que era hostil al obispo de Milán, san Ambrosio. En Milán, san Agustín adquirió la costumbre de escuchar, al inicio con el fin de enriquecer su bagaje retórico, las bellísimas predicaciones del obispo san Ambrosio, que había sido representante del emperador para el norte de Italia. El retórico africano quedó fascinado por la palabra del gran prelado milanés; y no sólo por su retórica. Sobre todo el contenido fue tocando cada vez más su corazón. El gran problema del Antiguo Testamento, de la falta de belleza retórica y de altura filosófica, se resolvió con las predicaciones de san Ambrosio, gracias a la interpretación tipológica del Antiguo Testamento: san Agustín comprendió que todo el Antiguo Testamento es un camino hacia Jesucristo. De este modo, encontró la clave para comprender la belleza, la profundidad, incluso filosófica, del Antiguo Testamento; y comprendió toda la unidad del misterio de Cristo en la historia, así como la síntesis entre filosofía, racionalidad y fe en el Logos, en Cristo, Verbo eterno, que se hizo carne. Pronto san Agustín se dio cuenta de que la interpretación alegórica de la Escritura y la filosofía neoplatónica del obispo de Milán le permitían resolver las dificultades intelectuales que, cuando era más joven, en su primer contacto con los textos bíblicos, le habían parecido insuperables. Así, tras la lectura de los escritos de los filósofos, san Agustín se dedicó a hacer una nueva lectura de la Escritura y sobre todo de las cartas de san Pablo. Por tanto, la conversión al cristianismo, el 15 de agosto del año 386, llegó al final de un largo y agitado camino interior, del que hablaremos en otra catequesis. Se trasladó al campo, al norte de Milán, junto al lago de Como, con su madre Mónica, su hijo Adeodato y un pequeño grupo de amigos, para prepararse al bautismo. Así, a los 32 años, san Agustín fue bautizado por san Ambrosio el 24 de abril del año 387, durante la Vigilia pascual, en la catedral de Milán. Después del bautismo, san Agustín decidió regresar a África con sus amigos, con la idea de llevar vida en común, al estilo monástico, al servicio de Dios. Pero en Ostia, mientras esperaba para embarcarse, su madre repentinamente se enfermó y poco más tarde murió, destrozando el corazón de su hijo. Tras regresar finalmente a su patria, el convertido se estableció en Hipona para fundar allí un monasterio. En esa ciudad de la costa africana, a pesar de resistirse, fue ordenado presbítero en el año 391 y comenzó con algunos compañeros la vida monástica en la que pensaba desde hacía bastante tiempo, repartiendo su tiempo entre la oración, el estudio y la predicación. Quería dedicarse sólo al servicio de la verdad; no se sentía llamado a la vida pastoral, pero después comprendió que la llamada de Dios significaba ser pastor entre los demás y así ofrecerles el don de la verdad. En Hipona, cuatro años después, en el año 395, fue consagrado obispo. Al seguir profundizando en el estudio de las Escrituras y de los textos de la tradición cristiana, san Agustín se convirtió en un obispo ejemplar por su incansable compromiso pastoral: predicaba varias veces a la semana a sus fieles, ayudaba a los pobres y a los huérfanos, cuidaba la formación del clero y la organización de monasterios femeninos y masculinos. En poco tiempo, el antiguo retórico se convirtió en uno de los exponentes más importantes del cristianismo de esa época: muy activo en el gobierno de su diócesis, también con notables implicaciones civiles, en sus más de 35 años de episcopado, el obispo de Hipona influyó notablemente en la dirección de la Iglesia católica del África romana y, más en general, en el cristianismo de su tiempo, afrontando tendencias religiosas y herejías tenaces y disgregadoras, como el maniqueísmo, el donatismo y el pelagianismo, que ponían en peligro la fe cristiana en el Dios único y rico en misericordia. Y san Agustín se encomendó a Dios cada día, hasta el final de su vida: afectado por la fiebre mientras la ciudad de Hipona se encontraba asediada desde hacía casi tres meses por los vándalos invasores, como cuenta su amigo Posidio en la Vita Augustini, el obispo pidió que le transcribieran con letras grandes los salmos penitenciales "y pidió que colgaran las hojas en la pared de enfrente, de manera que desde la cama, durante su enfermedad, los podía ver y leer, y lloraba intensamente sin interrupción" (31, 2). Así pasaron los últimos días de la vida de san Agustín, que falleció el 28 de agosto del año 430, sin haber cumplido los 76 años. A sus obras, a su mensaje y a su experiencia interior dedicaremos los próximos encuentros.

  • El P. Paul Graham: semblanza de un hombre tranquilo al servicio, siempre, de la Orden y la Iglesia

    Entre lo efímero, la podredumbre, lo bello y lo eterno transitamos durante la vida. Entre riscos, caminatas a buen paso y fundaciones en distintas partes del mundo, como Corea del Sur en 1985, peregrinó nuestro hermano, el consejero general para el Norte de Europa, el padre Paul Graham El pasado domingo 11 de diciembre conocimos con estupor, pues apenas unas horas antes había estado haciendo su habitual vida comunitaria en la Curia General, su fallecimiento mientras atendía labores caritativas y asistenciales en el comedor social del "Palazzo Migliori", en Roma, donde se disponía a celebrar la Eucaristía. Los intentos por reanimarlo fueron en vano. Esperamos que ya goce del eterno descanso junto al Señor y los santos de la Orden de San Agustín. Fundador en Corea del Sur y amante de la naturaleza El P. Paul, religioso de la Provincia de Inglaterra-Escocia,, de la que también había sido Prior Provincial durante tres mandatos, ejercía hasta la fecha como consejero general de la Orden desde septiembre de 2019, cargo en el que ha manifestado su gran pasión por las actividades de coordinación y sensibilización en temas de Justicia, Paz e Integridad de la Creación. Nacido un 24 de abril de 1947 en la ciudad británica de Newcastle-on-Tyne, el padre Paul mantuvo a lo largo de toda su vida un estrecho contacto con los agustinos, con los que llegó a cursar durante siete años su formación secundaria y bachillerato en el colegio Augustinian Friars de Carlisle. "Era un apasionado de la montaña. Amaba la naturaleza con todo su corazón. Siempre se mantuvo en forma" Ya en 1970, tras un primer discernimiento vocacional al comienzo de su etapa universitaria, entró en el noviciado de Clare Priory, haciendo su primera profesión un año más tarde y siendo ordenado sacerdote en 1976. Durante este período hizo su licenciatura de Filosofía en Dublín y su formación en Teología en la Universidad Gregoriana de Roma; además de un máster en estudios ecuménicos en Irlanda. Desde 1977 hasta 1985, nuestro querido padre Paul desempeñó su misión como formador de estudiantes en distintas ciudades del Reino Unido, hasta que en 1985 acometió una de las grandes aventuras de su vida: la fundación, junto a otro colega inglés y otros dos hermanos australianos, de la circunscripción de Corea. “El P. Paul fue siempre un hombre tranquilo, serio, sencillo, comprometido cien por cien con la tarea diaria de ser un fraile fiel. Su dedicación es lo que más destacaría. Tanto como párroco, como articulista, como prior o consejero general. Siempre cercano, afectivo, discreto, reservado. Un servidor atento de la Orden y de la Iglesia, seguidor de la doctrina del Papa Francisco en materia de ecología integral y de atención a los pobres, y un enamorado de la espiritualidad agustiniana, que conocía muy de cerca”, señala Robert Marsh, actual Prior Provincial de Inglaterra-Escocia. “La experiencia de Corea, como reto evangelizador y misional, fue algo crucial que atravesó su vida”, asegura Marsh. Por su parte, el padre Ian Wilson, con el que coincidió el consejero general desde su época en Birmingham allá por 1977, nos recuerda algunos pasajes más personales del P. Graham. "Era un lector y escritor empedernido, que siempre se entregó con pasión a estas dos tareas, colaborando con la prensa y dedicándole mucho tiempo al estudio" “Era un apasionado de la montaña. Amaba la naturaleza con todo su corazón. Siempre se mantuvo en forma hasta que sus rodillas le empezaron a dar problemas, y aún así, siempre iba el primero entre nosotros”, apunta el padre Ian . “Era un lector y escritor empedernido, que siempre se entregó con pasión a estas dos tareas, colaborando con la prensa y dedicándole mucho tiempo al estudio”. “También le gustaba mucho la fotografía y era habitual verle en las excursiones con su cámara a cuestas”, señala el padre Wilson. Cabe decir, como bien nos recordaba el consejero general para América Latina, el padre Álex Lam, compañero durante los últimos años del P. Paul en la Curia General, que el fallecimiento de Paul coincidió con la Jornada Mundial de la Montaña. Una circunstancia que recordó el Papa Francisco -del que había estudiado de forma profusa la encíclica Laudato si´- en el Ángelus del pasado domingo 11 de diciembre y que, sin duda, no deja de ser elocuente a la hora de contar el último tramo del P. Paul en la tierra para llegar al cielo. Desde Clare hasta Roma: tres veces Prior Provincial Después de casi 10 años en Corea, Paul Graham regresó al Reino Unido en 1993, donde ostentó distintas responsabilidades dentro de la Orden. Desde prior de las comunidades de Harborne y Clare hasta ser elegido en dos períodos diferentes como Prior Provincial de Inglaterra-Escocia, cargos que ocupó hasta 2017, donde fue a parar a Edimburgo durante dos años antes de recalar en Roma. Tal y como reza el comunicado oficial de la Secretaría General de la Curia de los Agustinos, “rezamos para que el padre Paul Graham se encuentre ya en compañía de los santos de nuestra Orden y de tantos otros hermanos que compartieron con él el ardor por la consagración y la misión. Unidos en el dolor y la gratitud a los hermanos de la Provincia de Inglaterra-Escocia, rogamos al Señor que conceda al P. Paul la recompensa de los justos y siga ofreciendo, a nuestra Orden y a cada uno, los beneficios de su trabajo solícito y de su vehemente pasión por la vida agustiniana”.

  • El Mensaje de Navidad del Prior General de la Orden: "Vivamos siempre con esperanza y humildad"

    El Padre General Alejandro Moral se ha dirigido en un video-mensaje de Navidad a los hermanos y hermanas de la Orden, y al resto de la familia agustiniana, deseándoles una adecuada preparación y acogida para el Niño Dios, que se hace hombre en nuestra historia Queridos hermanos, Os envío un saludo desde la Curia General, donde todavía nos encontramos un poco tristes por el fallecimiento de nuestro hermano, Paul Graham. Pero sabemos que la Navidad nos enseña que Dios ha venido para salvarnos y por eso la esperanza de la Navidad y la alegría nos ayudan a vivir este momento de un modo distinto al que podríamos vivir si Jesús no hubiese nacido. Pero no sólo la Navidad nos señala la esperanza y la alegría, que son dos aspectos fundamentales. Quisiera señalar otros tres, que para mí son muy importantes. El primero es el inmenso amor de Dios. La Navidad nos enseña que el amor de Dios, que el amor que Dios nos tiene, que el amor que Dios nos ha demostrado, llena nuestros corazones y por eso debemos vivir siempre con esperanza y con gozo, con inmensa alegría. Esa presencia de Dios en nuestras vidas que ha venido para salvarnos. El segundo aspecto que quiero resaltar es la humildad. Creo que es lo que más necesitamos los hombres en el mundo de hoy. También nosotros. Muchísima humildad para vivir nuestra vida como religiosos, para hacer los discernimientos que tenemos que hacer. Sin humildad, dice san Agustín que no podremos vivir nuestra vida religiosa. Y también quiero señalar hoy en Santa Lucía el aspecto de la luz. La Navidad viene a traernos luz en un mundo en el que no vemos las cosas con claridad. En un mundo en el que estamos tristes por las guerras, por el hambre, por las personas migrantes que no llegan a los lugares donde quieren ir. Por todas estas cosas negativas que nos hacen ver la vida con tristeza, con dolor y a veces sin mucha esperanza. Por eso, queridos hermanos, la luz, el significado de la luz, no sólo en la mente, sino también en el corazón, es fundamental para poder vivir nuestra fe. Os deseo a todos una feliz Navidad. Que Jesús nazca en el corazón de cada uno de vosotros para vivir siempre con esperanza, con alegría, con sencillez y con humildad. El amor de Dios que ha venido a traernos a su Hijo Jesús. P. Alejandro Moral - Prior General de la Orden de San Agustín

  • “Miles de latidos, un solo corazón”: La Provincia de Nuestra Señora de Gracia renueva su imagen

    La Provincia Nuestra Señora de Gracia del Perú presentó hace unas semanas su nueva identidad visual a los colaboradores y agentes pastorales de sus parroquias e iniciativas pastorales Bajo el lema “Miles de latidos, un solo corazón”, tuvo lugar el evento de lanzamiento en el colegio San Agustín de Lima, hecho que congregó a la familia agustina de forma presencial y virtual tras un camino de varios meses de trabajo. El padre Hernanis Díaz, Prior Provincial, resaltó durante su intervención que “no buscamos que la comunicación en la Provincia se convierta en un ejercicio de marketing institucional; más bien, queremos contribuir a la unidad de la Orden y difundir la espiritualidad agustiniana para un mejor servicio a la misión”. Así mismo, según recogió Yuliana Rendón, jefa de comunicación de Nuestra Señora de Gracia, el padre Hernanis quiso hacer especial hincapié en la importancia de la revitalización de la Provincia, sin perder su identidad: “una sola alma y un solo corazón hacia Dios”, como expresa la Regla de San Agustín. Por su parte, el Secretario Provincial, el padre Miguel Oblitas, detalló el significado del nuevo emblema e imagen corporativa de la Provincia, sus instituciones educativas, parroquias y sedes provinciales. Además de compartir durante este evento momentos de comunidad, unidad y fraternidad con la comunidad presente, hubo un espacio para que nuestra compañera Yuliana Rendón expusiera a los asistentes de forma presencial y telemática los principales cambios en las nuevas identidades visuales de la Provincia a través de un video explicativo sencillo y ágil; a la vez que mostraba un resumen del Manual de Identidad Visual que la Provincia de Nuestra Señora de Gracia ha llevado a término. Finalmente, el evento concluyó en la presencia del Señor con la participación de fray Segundo Agip, Coordinador de la Subcomisión de la Pastoral Educativa, quien dirigió un momento de oración por los frutos de estos nuevos avances dentro de la parcela comunicativa, esencial para transmitir la Buena Nueva y ser testigos del amor de Cristo, su Iglesia en la Orden de San Agustín.

  • Encuentro sobre el noviciado interprovincial de Pavía: retos, hospitalidad y belleza compartida

    Entre los días 1 y 3 de diciembre, tuvo lugar en la ciudad de Pavía un encuentro entre el asistente general para el sur de Europa, el padre Javier Pérez Barba, y los Provinciales de las circunscripciones que participan del noviciado común Esteban Bellesini A saber: el P. Domingo Amigo, de la Provincia de Sahagún; el P. Leslie Gatt, de la Provincia de Malta, y el P. Giustino Casciano, de la de Italia, quien, por problemas transitorios de salud, tan sólo pudo participar por medio de videoconferencia. El encuentro se desarrolló en el convento de S. Pietro in Ciel d’Oro, sede de la comunidad del noviciado, cuya basílica custodia las reliquias de Nuestro Padre San Agustín. Después de una primera reunión con el equipo de formación, compuesto por el padre Antonio Baldoni, prior, el padre Enrique Martín, maestro de novicios, y el P. Milan Hermanosky, vice-maestro y ecónomo, en la que se habló de la marcha del noviciado durante el curso corriente, provinciales y asistente se encontraron para dialogar sobre el futuro del noviciado y la posibilidad de ampliar la colaboración ya existente en materia de formación inicial. Las conversaciones, tal y como ha podido saber la Oficina de Comunicación de la Curia General, continuarán en el encuentro que tendrá lugar en España, en marzo de 2023. Un encuentro directo con la hospitalidad y belleza de Pavía Los asistentes al encuentro tuvieron la oportunidad de compartir la vida ordinaria y la hospitalidad de la comunidad de Pavía, participando con ella de la oración, la liturgia y la fraternidad; así como de conocer mejor y convivir con los tres novicios que se encuentran en Pavía en la actualidad: el mozambiqueño Salvador Nhamire, el español Eduardo Ramírez Olid y Diego Moreira Thaumaturgo, de Portugal. Además, la comunidad de Pavía ofreció a los visitantes, entre los que también se encontraba el secretario provincial de la Provincia de Sahagún, P. Carlos Alonso, la oportunidad de conocer la bellísima Cartuja que da nombre a Certosa de Pavía, el municipio en el cual se encuentra. Se trata de un hermosísimo edificio del Renacimiento mandado construir por Gian Galeazzo Visconti, señor de Milán, a finales del 1.400. Los monjes benedictinos que viven en ella en la actualidad se sirven habilidosamente de la explicación del arte que contiene para hacer una profunda catequesis a provecho de turistas y visitantes. La jornada pasada por agua en la Cartuja no pudo ensombrecer, en cualquier caso, su belleza a ojos de los hermanos que los pusieron en ella por primera vez.

  • ¿Conoces la historia de la Orden? El padre Miguel Ángel Orcasitas nos ayuda a sumergirnos en ella

    La oficina de comunicación de la Provincia de San Juan de Sahagún nos acerca la reflexión sobre el origen y evolución de las Constituciones de la Orden de San Agustín La primera normativa de la Orden que conservamos son las Constituciones de Ratisbona, del año 1290, aprobadas en el capítulo general celebrado en esa ciudad, siendo prior general de la Orden el beato Clemente da Osimo. Hay noticias de constituciones anteriores a 1290, pero no se conservan. Los capítulos generales sucesivos fueron introduciendo “adiciones”, de modo que el texto de Ratisbona, con estos añadidos, estuvo en vigor en la Orden durante varios siglos. Se trata de un código normativo, con el que se regulaba la incorporación a la Orden, la formación, la disciplina que debía regular la vida interna de los conventos. Es enormemente detallista y sancionador, de modo que choca bastante con nuestra mentalidad contemporánea. Esa meticulosidad normativa siguió vigente en ediciones posteriores de las Constituciones, como fueron las elaboradas bajo el generalato de Girolamo Seripando en 1551, que apenas tuvieron vigencia, porque hubo que acomodar la propia legislación a las determinaciones del concilio de Trento. Esta adaptación se recogió en la edición de las constituciones promulgadas por el general Tadeo de Perugia de 1581. Edición que, según Balbino Rano, sufrió el influjo imperante de la espiritualidad jesuítica, dando menos peso al valor de la fraternidad. Ya en 1753, el general peruano Francisco Javier Vázquez preparó una revisión de las Constituciones, por mandato del capítulo general celebrado en Bolonia. Se conserva en el archivo general el manuscrito de esta edición, que no llegó a entrar en vigor, por no haber logrado la aceptación, entre otros, del cardenal protector. El carácter normativo: su vigencia a lo largo de siete siglos Hubo ediciones posteriores en 1895, bajo el general Sebastiano Martinelli, y en 1925, bajo el general español Eustasio Esteban, en este caso para actualizar la normativa de la Orden a la reforma del Código de Derecho Canónico de 1917. En todas ellas la estructura y estilo jurídico seguía básicamente el carácter normativo imperante desde el s. XIII. Cambio sustancial en las Constituciones de la Orden fue la revisión realizada en el capítulo general de Villanova (USA) en 1968, bajo el generalato del P. Agostino Trapè, para acomodarlas a las orientaciones del Concilio Vaticano II. En esta edición de 1968 se incorporó en las Constituciones una primera parte de carácter carismático, convirtiendo este código en un rico manual de espiritualidad, que ha encontrado imitadores en las constituciones de otros institutos. A partir de esa fecha se han hecho cuatro nuevas ediciones, para incluir las modificaciones introducidas por los sucesivos capítulos generales. Son las ediciones bajo Teodoro Tack, en 1977, Miguel Ángel Orcasitas, en 1990, tras reforma del Código Derecho Canónico de 1983, Robert Prevost, en 2002 y Robert Prevost, en 2008, tras una revisión profunda de las Constituciones. Es llamativo que, habiendo durado las Constituciones de Ratisbona casi tres siglos, se hayan hecho cuatro ediciones en solo cuarenta años a partir de 1968. Pero tiene cierta explicación. Nuestra Orden goza del privilegio de dar vigencia a las modificaciones de las Constituciones en el propio capítulo general que las aprueba, sin tener que acudir a la Congregación para la vida consagrada (CIVCSVA). Debe comunicarlas a la Santa Sede solo a posteriori. Sin embargo, la mayor parte de las órdenes y congregaciones deben someter los cambios a la CIVCSVA para que las modificaciones puedan entrar en vigor. Por ese motivo, las Constituciones de muchos institutos contienen solo normas fundamentales, recogiendo muchas observancias menores en directorios, que ellos mismos pueden modificar sin tener que pasar por la CIVCSVA. Nuestras Constituciones contienen detalles normativos que podrían estar en un directorio. Evitaríamos así la facilidad con que cambiamos normas constitucionales en los capítulos generales. Hechos los cambios, se opta por imprimir una nueva edición, por mandato del propio capítulo, para evitar confusiones y facilitar el manejo de las Constituciones.

  • El Papa Francisco a los superiores mayores de congregaciones religiosas: “Hacer la paz es un oficio”

    Durante los días del 23 al 25 de noviembre tuvo lugar en Roma la 98 Asamblea de la Unión de Superiores Generales en torno al tema Fratelli tutti: llamados a ser artesanos de la paz Durante este encuentro con otras realidades eclesiales, el Prior General de la Orden de San Agustín, el padre Alejandro Moral, participó en las reuniones en las que se abordaron los principales retos que las congregaciones religiosas tienen en materia caritativa y asistencial a día de hoy y, sobre todo, como agentes activos en la construcción de la paz. Reseñable fue la presentación, durante la primera jornada de la asamblea, de las competencias y funcionamiento del Dicasterio para la Promoción Humana Integral, una de las novedades dentro de la organización administrativa del Vaticano. Otro de los momentos clave de estas jornadas fue la intervención de monseñor Paul Richard Gallagher, responsable de las relaciones con los estados y organizaciones internacionales dentro de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. A propósito de la paz, el eje central de la encíclica Fratelli tutti, que orientó las conversaciones de estos días entre superiores mayores, Gallagher fue muy claro en su discurso respecto a la postura que el magisterio pontificio mantiene ante los conflictos bélicos, que no es sino la de un “rechazo radical de la guerra”. “Para la Santa Sede -prosigue Gallagher- asegurar la paz significa promover instrumentos de diálogo y negociación, y fomentar los esfuerzos para lograr un desarme efectivo. Este es precisamente el tema que Juan Pablo II quiso abordar ante los diplomáticos destacados ante la Santa Sede, el 9 de enero de 1988, subrayando que la comunidad internacional debe lograr el desarme total, en un contexto de distensión y cooperación, porque sólo un clima de creciente confianza puede garantizar el éxito del camino hacia nuevas posibilidades de futuro”. Diferencias entre la paz de Jesús y la paz que el mundo da Por su parte, el Papa Francisco quiso formar parte de este encuentro eclesial mediante un discurso dirigido a los participantes de la asamblea. En él habló sobre la paz en el mundo y el rol que Iglesia y religiosos ocupan en ella y en la historia de los hombres que transitan por nuestro tiempo. “Es una llamada urgente que nos concierne a todos, especialmente a los hombres consagrados: ser artesanos de paz, de esa paz que el Señor nos ha dado y que nos hace sentirnos todos hermanos: “Mi paz os dejo, mi paz os doy. No os la doy yo como la da el mundo” (Jn 14,27)”. “La paz de Jesús es ante todo un don suyo, fruto de la caridad, nunca es un logro humano; y a partir de este don, es el conjunto armónico de las relaciones con Dios, con uno mismo, con los demás y con la creación”, apuntaba el Papa, para después proseguir: “La paz es también la experiencia de la misericordia, el perdón y la benevolencia de Dios, que nos hace capaces a la vez de ejercer la misericordia, el perdón, rechazando toda forma de violencia y opresión. Por eso, el don de la paz de Dios es inseparable de ser constructores y testigos de la paz”. Precisamente este punto queda claramente reafirmado en la encíclica Fratelli Tutti: “Artesanos de paz dispuestos a engendrar procesos de sanación y reencuentro renovado con ingenio y audacia (n. 225)”. Esta es la encomienda que nos da la Iglesia por medio del Papa. Esta es también la tarea en la que anda inmersa la Orden de San Agustín.

  • El Papa Francisco recibe de los agustinos un cuadro de Santa Mónica

    En muchas ocasiones, el Papa Francisco ha recordado su vínculo especial con Santa Mónica. Esta devoción tiene su origen, como ha afirmado el propio Pontífice, en un sentimiento heredado de su madre, miembro de un grupo de madres cristianas, que veneraban a nuestra santa, tomándola como modelo de vida Así, cuando como obispo y cardenal, Francisco se encontraba en Roma por compromisos ministeriales, visitaba la tumba de Mónica, conservada en la basílica de Sant'Agostino in Campo Marzio, para pedir su intercesión por las familias en dificultad. También lo hizo en los días previos al Cónclave de marzo de 2013, que desembocó en su elección como Romano Pontífice. Quizá también como signo de gratitud y encomienda a la santa, después de esa fecha, aceptó la invitación del Prior General, el padre Alejandro Moral, para participar en la Celebración Eucarística de apertura del Capítulo General 2013 de la Orden, que tuvo lugar en esa misma Basílica, deteniéndose unos instantes en oración ante los restos de la santa y encendiendo una lámpara que arde ante su tumba. En dos ocasiones en los últimos años, Francisco hizo una visita privada a Mónica el día de su memoria litúrgica, el 27 de agosto. "Mi Dios me ha saciado ampliamente" En 2022, coincidiendo con esa fecha, se programó el Consistorio y, por tanto, no habría ocasión de programar una visita a la Basílica. Por ello, los frailes del convento de San Agustín, en Roma, pensaron en enviar al Papa Francisco una muestra de la cercanía de Santa Mónica. Gracias a la colaboración del talentoso artista español Manuel Peña Suárez, tuvieron la oportunidad de crear una pintura sobre madera que representaba a Mónica absorta en éxtasis junto al Lido de Ostia. Decoran la imagen los escudos del Romano Pontífice y de la Orden de San Agustín. El Papa Francisco, al final de la Audiencia General del pasado 30 de noviembre, recibiendo el cuadro de manos de un grupo de frailes agustinos y del propio autor, agradeció este regalo, confirmando su devoción al santo. En el momento de entregar el cuadro, recordó las palabras de Mónica, pronunciadas en el ocaso de su vida terrena, "Cumulatius hoc mihi Deus praestitit!" (Mi Dios me ha saciado ampliamente), expresiones en las que se traduce el sentido de una existencia vivida en la oración, la confianza y la gratitud a Dios. El Papa Francisco, al reiterar esta proposición, dirigió la admonición también a los agustinos, para que también ellos, como Mónica, sepan alabar a Dios por las asombrosas maravillas que realiza.

  • Mártires del nazismo y de los moriscos entre otras causas de beatificación en Polonia y España

    Los procesos de beatificación siguen su curso en la Orden de San Agustín en todo el mundo Un año después de la clausura de la fase diocesana de la causa de beatificación o declaración de martirio del Siervo de Dios Gaczek y tres compañeros, presuntos mártires en los campos de concentración nazis, se ha celebrado una misa de acción de gracias por la feliz evolución de este proceso. Fue precisamente el pasado 14 de noviembre de 2021 cuando tuvo lugar el cierre de la fase diocesana. En aquel momento, dada la situación provocada por la pandemia, se hizo de forma privada y sin la participación del pueblo. Ahora, un año después, la misa de acción de gracias, celebrada en el marco de las fiestas patronales de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir -a quien está dedicada la histórica y magnífica iglesia agustiniana de Cracovia-, estuvo presidida por monseñor Marek Jędraszewski, arzobispo de Cracovia. Estuvieron presentes los miembros que realizaron la investigación diocesana, entre ellos el postulador general, el padre Josef Sciberras; el vicepostulador, el padre Marek Donaj; el superior provincial, el padre Beniamin Kuzala, y otros hermanos y hermanas agustinos, acompañados por feligreses y representantes del clero diocesano. La causa de Gaczek y sus tres hermanos en Cristo se encuentra actualmente en la etapa inicial de la fase romana, en la que se estudiarán los documentos procesales que contengan las pruebas sobre el martirio de los cuatro agustinos siervos de Dios. Un encuentro con el obispo de Mallorca a propósito de Francisco Cantarellas Por otro lado, durante las últimas semanas, la Postulación General ha tenido trabajo que hacer en España, debido a las varias causas abiertas que ocupan a la Orden, desde la fase preliminar hasta la conclusión diocesana. El postulador general, el padre Josef Sciberras OSA, estuvo en la ciudad española de Mallorca para revisar la marcha del proceso de beatificación y canonización del Siervo de Dios Francisco Cantarellas Ballester OSA (1884-1968). Se trata de un religioso agustino, natural de Muro, cuya causa se inició hace un año en la diócesis balear a instancias de la Orden, en una ceremonia solemne que tuvo lugar en la iglesia de la Virgen del Socorro de Palma. El pasado lunes 28 de noviembre, su rector, el padre Jesús Miguel Benítez OSA, atendió, junto a monseñor Sebastià Taltavull, obispo titular de la diócesis insular, al padre Josef para dialogar sobre los últimos detalles de esta etapa diocesana y los próximos pasos a seguir. Tras el encuentro con el obispo Taltavull, el padre Sciberras se reunió en la “Casa de la Iglesia” con el presidente del tribunal diocesano, el sacerdote mons. Gabriel Ramis, y con la comisión histórica que lleva adelante la investigación documental; responsables, en última instancia, de la elaboración de la relación histórica del proceso. La comisión para esta causa está constituida por el P. Jesús Miguel Benítez, agustino; el sacerdote Pere Fiol y el doctor José Manuel Díaz. La evaluación preliminar del padre Félix Carmona Durante su estancia en España, el padre Josef Sciberras tuvo la ocasión de visitar el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial para conocer más en detalle la fama de santidad que adorna al recientemente fallecido P. Félix Carmona OSA (+2021). Académico que desarrolló gran parte de su labor en Palma de Mallorca y en Quito, el P. Carmona fue enviado como misionero a Ecuador, donde más tarde estuvo al servicio de la Orden como Prior Provincial, contribuyendo con su presencia y trabajo a revitalizar esta circunscripción. "Existen los elementos suficientes para iniciar el proceso de beatificación" Según han informado a la Oficina de Comunicación de la Curia desde la Postulación General, “lo que se va a acometer durante los próximos meses es una investigación preliminar para ver si existen los elementos suficientes para iniciar el proceso de beatificación”. Tras los cinco años que deben transcurrir en esta fase, se deberá decidir si es pertinente o no abrir su causa; lo que dependerá, en buena medida, de que las pruebas de que se haga acopio acrediten que el padre Carmona vivió en grado heroico las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, y las demás virtudes, elementos esenciales para el proceso. Por el momento se han guardado y sellado sus pertenencias y la documentación en El Escorial, donde residió durante sus últimos años de vida. 13 agustinos entre los presuntos mártires de la Alpujarra Esta causa, con un número de mártires todavía por decretar y de la que se espera conocer la cifra exacta para comienzos de 2023, se remonta a mediados del siglo XVI, periodo convulso y de inestabilidad social en algunas regiones de la península ibérica. Durante las revueltas de 1568, un grupo de moriscos quemaron vivos a los miembros de la comunidad de agustinos de Huécija, además de causar otros daños a la población cristiana. Para la investigación general de esta causa, que tiene como co-actores a la Orden de San Agustín y a las diócesis españolas de Granada, Guadix y Almería, se ha designado al padre Josef Sciberras como responsable de todas las averiguaciones, que empezarán dentro de seis meses. Además, entre las tareas de los co-actores, estará el velar por la legalidad y la honradez del proceso. La causa, que tiene como referencias a Diego Pérez de Guzmán, quien fuera canónigo del cabildo de la catedral de Granada, y a Pedro de Villegas, prior de la comunidad de Huécija cuando se acometió la persecución, ya cuenta con las fuentes publicadas por las diócesis, por lo que nos encontramos en este instante entre la fase preliminar y el primer paso formal para reconocer el sacrificio martirial de estos hombres que entregaron su vida por Cristo y por su Iglesia.

  • Visita canónica al Vicariato de Kenia: la historia de un trabajo codo con codo con la Iglesia local

    Del 26 de noviembre al 14 de diciembre, el asistente general para África, el padre Edward Daleng, junto al ecónomo de la Curia General, el padre Franz Klein, realizaron una visita canónica a los frailes del Vicariato de Santa Rita, en Kenia Fue un momento de renovación, de encuentro con los religiosos de las siete comunidades del vicariato y también de la Casa del Convento Internacional San Agustín, así como con todos los estudiantes de las casas de formación. Tanto el padre Daleng como Franz Klein pudieron conocer de primera mano las diversas actividades apostólicas, como la pastoral parroquial, la guardería y la escuela primaria, o las obras sociales y la formación de estudiantes, en las que los miembros del vicariato están comprometidos y ejercen como parte de su servicio a la Orden y a la Iglesia en este país africano. Situación del Vicariato El Vicariato es una circunscripción en rápido desarrollo y expansión y cuenta con treinta y tres profesos solemnes, trece profesos simples, tres novicios y catorce postulantes. Las vocaciones son abundantes y van en aumento. Los hermanos esperan diversificarse e implicarse más en el sector educativo, donde hay más necesidades. Avances en la parroquia y la escuela de primaria Según nos ha podido informar el propio padre Daleng, la comunidad de Baba Dogo mantiene sus esfuerzos por mejorar el ritmo de desarrollo de la parroquia. Los feligreses se han embarcado de lleno en la construcción de un bloque administrativo, movilizando recursos entre la comunidad y de manera interna, lo que permite ver con esperanza los próximos pasos a seguir. Por otro lado, en Kisumu, los frailes han llevado a cabo una campaña de recolección de donativos con el fin de poder construir un nuevo templo, del que ya se han puesto los cimientos, y se está trabajando para la puesta en marcha de una guardería/escuela en un terreno adquirido por la Orden. La guardería Denis Mason, hoy por hoy, no es más que “una tienda improvisada” que espera poder asentarse, ya que es el único proyecto educativo existente en la zona. Tal y como afirma el padre Daleng, “el objetivo de esta iniciativa de los hermanos de la comunidad no es otro que poder contribuir al crecimiento de los niños. Se trata de un punto estratégico”. La Orden en Kenia: codo con codo con la Iglesia local Los hermanos de Kebenet se dedican a la agricultura y a las plantaciones de té al mismo tiempo que ayudan a la Iglesia local con la administración de un centro escolar. Al igual que en Mbwiru, el principal apostolado que se aborda es el trabajo parroquial, visitando a los enfermos y ancianos en los hogares y puestos de los pueblos y aldeas. También se ofrece un acompañamiento cercano a las agustinas misioneras de Mariani y a las monjas contemplativas de Kitale, mediante un servicio de capellanía para la atención de las necesidades espirituales de las religiosas. Por su parte, los hermanos de la comunidad de Ishiara, además de las actividades pastorales, participan en un programa de desarrollo social gracias al apoyo de los misioneros irlandeses Misean Cara, especializados en trabajar sobre zonas de enorme inestabilidad y precariedad, que es precisamente de lo que adolece Ishiara, donde, debido a su naturaleza árida, el pueblo sufre una grave escasez de agua. Los universitarios de Trocaire llevaron a cabo un proyecto de irrigación, que posteriormente retomó Misean Cara, que lo amplió para cubrir áreas de capacitación mediante la formación de los lugareños en técnicas de agricultura moderna, plantación, ganadería, apicultura, etc. Esto, tal y como han podido comprobar los agustinos en la zona y el propio consejo general durante esta visita canónica, ha repercutido positivamente en el bienestar de la gente y ha mejorado las condiciones de vida de comunidades a las que la Orden ofrece todo su apoyo, especialmente en la administración de los sacramentos y el acompañamiento espiritual. El P. Daleng, ya de vuelta en Roma, ha querido agradecer de forma especial “a los hermanos y hermanas del Vicariato por todo el buen trabajo de testimonio y evangelización que están realizando en nombre de la Orden y, también, por la cálida hospitalidad que nos han dispensado en el transcurso de este ejercicio fraterno”. Esto es la Iglesia. Esta es la Orden de San Agustín, que camina de la mano de sus hermanos con paso firme y dos objetivos claros: mejorar la vida y salvaguardar la dignidad de las personas que allí viven, y acercarlas, en libertad, al encuentro con el amor de Cristo.

  • Fallece el Consejero General para Europa del Norte, el P. Paul Graham OSA

    Esta mañana hemos conocido la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido hermano el P. Paul Graham. Reproducimos el comunicado emitido por la Curia General de la Orden de San Agustín. Rezamos y pedimos oraciones por su eterno descanso y para que se encuentre ya en compañía de los santos de nuestra Orden y de tantos otros hermanos que compartieron con él el ardor por la consagración y la misión Al amanecer de este día, domingo de Gaudete, esperamos que el alma buena de nuestro hermano el P. Paul Graham haya alcanzado la alegría sin ocaso. El P. Paul, religioso de la Provincia de Inglaterra-Escocia, de la que también había sido Prior Provincial durante tres mandatos, ejercía actualmente como Consejero General de la Orden desde septiembre de 2019, cargo en el que ha manifestado su gran pasión por las actividades de coordinación y sensibilización en temas de Justicia, Paz e Integridad de la Creación. Esta mañana ha enfermado repentinamente mientras realizaba el servicio de caridad en el comedor social del "Palazzo Migliori", en Roma, y se disponía a celebrar la Eucaristía. Los intentos de reanimarlo, realizados rápidamente por el personal médico en el lugar, resultaron infructuosos. Aunque apenados, agradecemos al Señor los carismas y dones que nos ha ofrecido por medio de nuestro querido P. Paul durante estos largos años de ministerio y servicio en la Iglesia y en la Orden. Rezamos para que se encuentre ya en compañía de los santos de nuestra Orden y de tantos otros hermanos que compartieron con él el ardor por la consagración y la misión. Unidos en el dolor y la gratitud a los hermanos de la Provincia de Inglaterra-Escocia, rogamos al Señor que conceda al P. Paul la recompensa de los justos y siga ofreciendo, a nuestra Orden y a cada uno, los beneficios de su trabajo solícito y de su vehemente pasión por la vida agustiniana. Dado en la Curia General de la Orden, Roma, 11 de diciembre de 2022, domingo "Gaudete"

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