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Nuestros jóvenes laicos agustinos junto al Papa León XIV en el Jubileo de Roma: “Ámense los unos a los otros”

  • Sep 19
  • 5 min read

Del 29 de julio al 3 de agosto tuvo lugar en Roma el Jubileo de los Jóvenes. Convocados por el Papa León XIV, nuestros jóvenes agustinos, más de doscientos, venidos de Portugal, España, Italia, Venezuela, Bolivia, Colombia o Perú, estuvieron acompañados por los frailes agustinos. 


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Acogidos por la Provincia de Italia, el Jubileo contó con el apoyo y acompañamiento de los padres Edward Daleng y Alexander Lam, encargados de la comisión que vela por los jóvenes. 


Peregrinaciones a las Basílicas de San Pedro y San Pablo, actividades culturales, artísticas y espirituales por toda la ciudad o estar junto al Papa León XIV en Tor Vergata y el Prior General de la Orden, el padre Alejandro Moral Antón, fueron algunas de las vivencias que se llevaron nuestros jóvenes en estos días cargados de oración, encuentro y disfrute del carisma agustiniano en compañía de otros que, como ellos, quisieron visitar la Ciudad Eterna. 


“La gente quería ver al Papa, estar cerca de él”, nos cuenta el asistente general para América Latina, el padre Lam. “Vi a nuestros jóvenes entusiasmados, inquietos por continuar con su formación, de salir a la misión”. 


“En medio de toda esa actividad crecimos como Iglesia”, nos cuenta el Prior General que durante aquellos días pudo vivir de primera mano las inquietudes de nuestros chicos. “Los jóvenes han salido con esas ganas de compartir lo vivido”. 


A continuación recogemos la crónica y testimonio de algunos de los 150 chicos venidos de la Provincia de San Juan de Sahagún que no quisieron perderse el Jubileo de los Jóvenes en Roma. 


Una senda tienes por delante



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El jueves 31 de julio, celebraron la Eucaristía en la Basílica de San Juan de Letrán, con peregrinos agustinos de otros países. A continuación, juntos pasaron por la Puerta Santa.


Por la tarde, en la Curia General de la Orden de San Agustín, les recibió el Prior General, P. Alejando Moral, que les habló de los rasgos más característicos de la espiritualidad agustiniana. Y, así, concluyó el primer día en Roma.


El viernes 1 de agosto por la mañana, los peregrinos recibieron el sacramento de la reconciliación, en el Circo Máximo.


Por la tarde, el grupo estaba citado en la Plaza de San Pedro para el encuentro de peregrinos españoles. Fue una jornada de testimonios, acompañados por música y lectura ambientada de varios textos bíblicos, lo que facilitó un tiempo de reflexión. El encuentro terminó con la Eucaristía, presidida por Mons. Luis Arguello, arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE, y concelebrada por varios obispos españoles.



Paso firme


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«El sábado 2 de agosto, nos esperaba Tor Vergata, campo abierto, sin un solo árbol, que prometía abrasarnos con el sol veraniego de Roma -relata Fr. Gerardo-. Pero era también, para muchos, uno de los días más esperados del Jubileo, porque tendríamos la ocasión de ver, aunque fuera de lejos, a nuestro querido León XIV. Y, así fue, llegamos a la ardiente explanada a las 13:30 horas, aproximadamente. En la entrada nos dieron una caja con la cena de ese día, el desayuno y la comida del domingo».


La tarde transcurrió entre música de grupos de diversas lenguas y la espera de la llegada del Papa, que no falló a la cita. A las 19:00 horas entró a la plaza entre aplausos y los gritos de alegría del millón de jóvenes allí reunido, que no perdieron la ocasión para expresarle su cariño.


Dios sale a tu encuentro: “Ámense los unos a los otros”


En las JMJ la noche de vigilia es un momento intenso y emocionante para los peregrinos y en esta ocasión también fue así.


El Papa respondió a las preguntas que le hicieron tres jóvenes, la primera en español, la segunda en inglés y la tercera en italiano. “Queridos jóvenes, ámense los unos a los otros. Ámense en Cristo. Sepan ver a Jesús en los demás”, dijo el papa León XIV a los jóvenes. La vigilia concluyó con la adoración eucarística y la bendición del Santo Padre.


«Dormimos aquella noche en la explanada de Tor Vergata. Y, quizá para poner algo más de heroicidad al esfuerzo que habían hecho los jóvenes hasta ahora, en la madrugada un pequeño chaparrón se encargó de despertarnos -cuentan los religiosos que acompañaron al grupo-. Pero ni siquiera eso apagó el deseo de que amaneciera, para celebrar la Eucaristía con el Papa».



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Aspirar a ser santos


Estaba programado que la misa comenzara a las 9:00 horas, pero León XIV llegó una hora antes de lo previsto, dando una sorpresa a todos, que pudieron verlo un poco más de cerca: «Fue un momento realmente emocionante».


En la homilía, León XIV alentó a los jóvenes a llevar la alegría del Evangelio a todos los rincones del mundo, a ser valientes, y a no apagar la sed del corazón, sino a escucharla. “Muy queridos jóvenes, nuestra esperanza es Jesús (…) mantengámonos unidos a Él”.

Quizá una de las frases con más fuerza, de todas las que pronunció y que resume un poco todas sus intervenciones durante el Jubileo, es con la que les invitó a ser santos: “aspirad a la santidad allí donde estéis, no os conforméis con menos”.

Tras concluir la celebración, el Papa se despidió efusivamente, invitando a los jóvenes a la próxima JMJ, que se celebrará en Seúl (Corea del Sur) en el año 2027.


De vuelta a casa con el corazón henchido 


María Rey-Gil y Manuel Reboiro, dos jóvenes del Colegio Mayor Universitario San Agustín, de Madrid, subrayan que fueron unos días muy enriquecedores porque pudieron compartir la fe con otros jóvenes y comprobaron que no están solos: «Hemos crecido espiritualmente gracias a las liturgias, a las oraciones, a la presencia del papa y a la intensidad del viaje».


Destacan los momentos de convivencia con otras personas que también acudían al jubileo, tanto religiosos como laicos, «que con total naturalidad hablaban y expresaban su fe y su felicidad». Y, si tienen que quedarse con alguno de los momentos vividos estos días, les cuesta escoger. Pero ambos mencionan la vigilia, atravesar la Puerta Santa, el encuentro con los otros peregrinos españoles y la visita a la Curia General de la OSA.


En la misma línea comparte su experiencia Ana Mª Fuentes, de Alicante: «El encuentro de españoles y la vigilia y misa en Tor Vergata nos enseñan a ser mejores cristianos, pero para mí ha tenido especial relevancia el encuentro con los agustinos de Italia y con el Prior General, ya que me hicieron recordar los valores que nuestra orden nos inculca. Experiencias como ésta son las que te marcan para toda la vida».


Por su parte, Daniel García, de la parroquia Santa Ana y la Esperanza (Moratalaz) señala que el jubileo ha supuesto un apoyo para él «porque estaba un poco perdido en cómo llevar mi relación con Dios; ver y escuchar a gente que forma parte de la comunidad cristiana me ha sido muy útil para tener otros puntos de vista y así, he podido llenar mi espíritu y reafirmar mi fe».


Así terminó el Jubileo de los Jóvenes, una verdadera peregrinación, que requirió de un gran esfuerzo físico, y que significó también una riquísima experiencia para los jóvenes.

Los responsables de cada comunidad, que acompañaban a los jóvenes, también volvieron muy contentos, porque lo vivido supera infinitamente el sacrificio hecho; con un profundo agradecimiento por el esfuerzo de los religiosos agustinos PP. Adrián Álvarez y Jesús Baños, que desde el Secretariado de Infancia y Juventud de la Provincia hicieron lo que estuvo en sus manos para que esta experiencia fuera posible.






 
 
 
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