Cuatro reliquias en la Cruz pectoral con la que el Papa León XIV se presentó al mundo
- OSA Curia
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Las reliquias insertadas en la cruz pectoral con la que León XIV ha elegido presentarse al mundo después de su elección constituyen un mensaje teológico y eclesial rico en significado, que define un verdadero programa de santidad episcopal.
En la parte superior de la cruz se encuentra una reliquia ex ossibus de Santa Mónica, madre de San Agustín. Mujer fuerte y tenaz, con sus lágrimas y su incesante oración logró la conversión de su hijo, quien recibió el bautismo a los treinta y dos años. En sus Confesiones, Agustín exalta las virtudes de su madre como dones de Dios. La devoción a Santa Mónica ha sido importante también para el Papa Francisco, quien a menudo ha visitado su tumba en la Basílica de San Agustín en Campo Marzio, Roma. Para la Orden Agustiniana, la figura de Mónica es inseparable de la experiencia de conversión y consagración de su hijo, fundamento mismo de la espiritualidad agustiniana.
Constructores de comunión
En el centro de la cruz se encuentra una reliquia ex ossibus de San Agustín, padre espiritual de la Orden, quien con su Regla y sus escritos ha inspirado a frailes, monjas, religiosas y laicos a abrazar el Evangelio como constructores de comunión y promotores del bien común. La Orden de San Agustín, fundada por la Sede Apostólica en 1244, ha asimilado progresivamente su ideal de vida, produciendo frutos de santidad a lo largo de los siglos mediante la vida común, una intensa actividad apostólica, el estudio y una profunda espiritualidad.
En el brazo izquierdo de la cruz está colocada una reliquia ex ossibus de Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia (†1555), reformador de la vida religiosa, modelo de pastor entregado a su rebaño y promotor de las misiones en el Nuevo Mundo. Gran teólogo, anticipó algunas intuiciones que serían retomadas por el Concilio de Trento. Figura clave en la reforma católica del siglo XVI, su causa para el título de Doctor de la Iglesia está en proceso.

En el brazo derecho de la cruz está presente una reliquia del Beato Anselmo Polanco (†1939), obispo de Teruel, mártir de la persecución religiosa en España (1936-1939). Fiel a su pueblo y al Papa, fue fusilado por su testimonio de fe y la fuerza de su palabra evangélica. Para todo pastor sigue siendo un testigo inquebrantable de dedicación hasta la entrega de su vida. Fue beatificado en 1995.
En la base de la cruz está insertada una reliquia del Venerable Giuseppe Bartolomeo Menochio, obispo de Porfirio y prefecto del Sagrario Apostólico (†1823). Sacristán pontificio desde 1800, sirvió con valentía a la Iglesia durante la tormenta napoleónica, permaneciendo firme en la fe y fiel al Papa incluso en los momentos más difíciles. Fue una figura de referencia para la Iglesia de Roma y murió con fama de santidad. En 1991, San Juan Pablo II reconoció la heroicidad de sus virtudes.
Las reliquias custodiadas en la lipsanoteca de la postulación general agustiniana, cuidadosamente seleccionadas por el postulador general P. Josef Sciberras OSA y meticulosamente preparadas por el reliquista Antonino Cottone para la cruz pectoral usada por León XIV en el día de su elección, no son una simple decoración, sino una profesión visible de fe y un verdadero enfoque pastoral. Evocan figuras de santidad vinculadas a la Orden Agustiniana que encarnan fidelidad, reforma, servicio y martirio: todos elementos que iluminan y sostienen el ministerio del nuevo Pontífice.
