Del padre Prevost a León XIV: ¿Dónde estudió? ¿Cuál es su procedencia? ¿Cuáles fueron sus primeras palabras como Papa?
- José María Sánchez Galera
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Es de ascendencia española —pero también francesa e italiana—, como lo reflejan sus apellidos, aunque nacido en Estados Unidos. Se formó en la Universidad de Villanova, de la Orden de San Agustín, situada en Estados Unidos y cuyo nombre se debe al santo agustino español Santo Tomás de Villanueva. Ingresó como novicio en la Orden al cumplir los 22 años, durante el final del papado de Pablo VI, y se ordenó cinco años más tarde, a comienzos del pontificado de Juan Pablo II, el primer Papa no italiano desde Adriano VI, en el siglo XVI, quien, a pesar de ser neerlandés, desarrollaba su tarea eclesial en España. Ha mencionado al Papa Francisco en su primera alocución pública, desde el balcón de la basílica de San Pedro, para agradecerle su legado, y ha salido revestido con el roquete, la muceta y la estola con los que aparecieron los pontífices anteriores. Ha hablado en italiano, en español y en latín. Y ha sido quizá el papa cuyo discurso inicial ha resultado más prolongado, mezclando improvisación con texto preparado como muestra de cercanía y de claridad.
Es León XIV, el nuevo papa, y al entrar en el cónclave era el cardenal agustino Robert Francis Prevost Martínez (Chicago, 1955).

Ha pasado 23 años en Perú, donde ha ejercido tareas de misionero y de obispo, y cuya nacionalidad comparte con la estadounidense. Ha sido Prior General de la Orden de San Agustín durante doce años, y el papa Francisco lo designó como obispo en 2014, cuya consagración se realizó en Chiclayo (Perú) de manos de su compatriota James Patrick Green. En 2023 Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina; ese mismo año entró a formar parte de otros organismos, como el Dicasterio para la Evangelización, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, para las Iglesias Orientales, para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y para la Cultura y la Educación, además de ser creado cardenal.
En sus primeras palabras, ha abordado varios temas de calado que entran en la justicia social y abordan la necesidad de unidad y de paz. Su nombre nos retrotrae al primer papa a quien se grabó con una cámara cinematográfica, que pasó la Iglesia del siglo XIX al XX y que publicó una de las encíclicas más relevantes de los últimos tiempos: Rerum novarum. León XIII no sólo ha sido uno de los pontífices que más años ocupó la sede petrina; fue el primer papa que careció del poder temporal que, a lo largo de más de un milenio, habían ostentado sus predecesores. Por otro lado, León XIII fue elegido papa un par de semanas antes de cumplir 68 años; León XIV tiene ahora 69 años. Pero el nombre de León también pudiera contener otros significados.

Dos papas americanos, compañeros de misión
El nuevo papa es el primer papa agustino y, al dirigirse a los fieles tras aceptar la responsabilidad de calzar las sandalias de Pedro, ha dicho: “La paz esté con todos vosotros”. No ha sido únicamente el deseo de un nuevo papa en una época de guerras; como ha remarcado él mismo, es lo primero que Cristo —“el Buen Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios”, apostilla León— nos dice tras su Resurrección, y justo en esta época de Pascua es el mensaje que define la vida cristiana. “Una paz desarmada y que desarma, humilde y perseverante”, define León XIV la paz de Cristo. Una paz que remite al amor incondicional de Dios a todos los hombres. En su discurso, además de menciones explícitas a Francisco, se han apreciado guiños a los dos papas Juan Pablo: “sin miedo”, repitieron ambos, citando las palabras del Resucitado. Su discurso integrador, de puentes, diálogo y encuentro, mira “adelante”, y atiende a las necesidades que tiene el mundo de hoy. Ha invitado a los cristianos a trabajar juntos, a proclamar el Evangelio. En cierto modo, esto implica concomitancias con Benedicto, que llamaba a ser “cooperadores de la verdad”.
Al hablar de su condición de agustino y de Agustín de Hipona, León XIV ha mencionado de manera implícita la Ciudad de Dios a la que aspiramos, la Patria definitiva. Para quienes conocen la obra del Padre africano de la Iglesia, resuena su afirmación de que la paz es la aspiración de todas las criaturas de Dios y, asimismo, que no es Dios quien ha querido que el hombre sea el esclavo del hombre. Por otro lado, León ha dado un mensaje especial a la Iglesia de Roma, que es su nueva diócesis. Un saludo que se abre, al mismo tiempo, a los hispanoparlantes, a la Iglesia universal, a compartir la fe en Cristo, a “estar cerca de aquellos que sufren”. También ha rezado a la Virgen María, en concreto a la advocación de Pompeya, que justo se ha celebrado el día de la elección. Junto con un avemaría en italiano, ha bendecido a todos los católicos con una indulgencia plenaria. Ha rezado a los apóstoles Pedro y Pablo en latín, continuando con letanías habituales de la benedictio coram populo.
Aquí comienza la andadura de este nuevo papado de claro signo agustiniano.