Tras la conclusión del último Consejo General, el padre Alejandro Moral se detiene para contarnos algunos detalles de la audiencia privada con el Santo Padre en estancias vaticanas el pasado 21 de marzo. El servicio de los agustinos a la Iglesia, la cuestión de los abusos y su tratamiento en nuestras circunscripciones, la situación vocacional en todo el mundo y la formación fueron algunos de los asuntos despachados.
“Al inicio de la conversación quise agradecer al Santo Padre el servicio que como Pontífice está realizando”. “Lo califiqué como `un don de Dios´”. “Quise agradecerle durante ese rato distendido, fraterno, yendo a las cuestiones de fondo, de forma muy especial, la confianza depositada en los hermanos de la Orden para el servicio de la Iglesia universal. En particular, la creación de su eminencia Robert F. Prevost como cardenal y la designación de monseñor Luis Marín de San Martín como subsecretario para el Sínodo de los Obispos, quien está trabajando codo con codo junto al cardenal Mario Grech”. “El Santo Padre ha reconocido la buenísima formación y preparación de nuestros hermanos para la tarea encomendada”, apuntaba el padre Alejandro. “También quise hacerle llegar mi gratitud al Papa por el reciente nombramiento del P. Ramón Jafet Ortega como canónigo de la Basílica de San Pedro y por haberle otorgado al Patrísticum el título de Instituto Pontificio”.
Nuestro servicio a la Iglesia como agustinos
El Prior General pudo compartir con el Santo Padre las principales líneas maestras de “nuestro servicio a la Iglesia como agustinos; así como destacar situaciones concretas laudables en algunas de las diócesis”, donde nuestros frailes desempeñan cargos episcopales o diocesanos.
Uno de los aspectos por los que el Papa Francisco mostró especial interés fue la cuestión relacionada con situaciones de “abuso” y el cuidado que se está ejerciendo en nuestras circunscripciones.
"El Santo Padre tuvo el detalle de preguntarme por las hermanas de Bevagna, Giuseppina y Rosaria, ya de edad muy avanzada".
“Luego pudimos repasar brevemente la vida contemplativa en la Orden; la situación de nuestros monasterios, comunidades, vocaciones, formandos y formadores. Aquí el Papa dedicó especial atención al número de formandos en nuestras casas, animando a la Orden a fortalecer el proceso de colaboración entre ellas, y a potenciar la vida de fe de nuestras comunidades y apostolados”. “El Santo Padre -nos señala el Prior General- tuvo el detalle de preguntarme por las hermanas de Bevagna, ya de edad muy avanzada.
“Concluimos nuestro diálogo recordando el último encuentro entre el Consejo General y los obispos agustinos durante el pasado mes de febrero, y hablando sobre las nuevas presencias de la Orden, después de lo cual le agradecí el apoyo que siempre me ha dado en mi tarea de gobierno”.
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